Las obras de arte poseen la virtud de hacer de caja de resonancia de otras obras de arte, de forma que en todas ellas resuenan ecos de obras anteriores, produciéndose así un efecto de amplificación. Por ejemplo, en el poema “Al ruiseñor”, de Borges, se oye el eco de la “Oda a un ruiseñor”, de Keats. Y esta resonancia nos permite entender que el ruiseñor de Borges es también el ruiseñor de Keats, de igual forma que “el ruiseñor de Keats es también el ruiseñor de Ruth”, y que, por lo tanto, el ruiseñor de Borges es también el ruiseñor de Ruth. La poesía se convierte así en “un rumor de remotos ruiseñores”.
En Retorno a Brideshead resuenan ecos de El rey Lear, de forma que la novela de Evelyn Waugh cobra un sentido más hondo a la luz de la tragedia de Shakespeare. Cuando estalla la tormenta en alta mar, Julia y Charles hacen referencia a la escena de El rey Lear en que Lear, Kent y el bufón se hallan a la intemperie bajo la tempestad en la segunda escena del tercer acto. “―Como el rey Lear. ―Sólo que cada uno de nosotros es los tres a la vez”. Por otro lado, el nombre de Cordelia no sólo remite al de la protagonista de El rey Lear, sino que también es la clave que permite entender que la hija menor del rey Lear es la figura especular de la hija menor de la familia Flyte. El carácter de ambos personajes estriba en su pureza.
En el espléndido artículo “El secreto de Retorno a Brideshead” (Revista Centinela), Enrique García-Máiquez sostiene que el tema “axial” de la novela de Evelyn Waugh es la aceptación de la pobreza como ascesis que lleva a Dios. Gracias a Sebastian, Charles Ryder descubre un mundo aristocrático donde la riqueza no cumple una función ostentatoria, como diría Thorstein Veblen, sino que está puesta al servicio de la belleza. La novela cuenta la historia de unos personajes pertenecientes a dicho mundo que son despojados progresivamente de lo más preciado, y que se ven forzados a aprender de forma tortuosa a aceptar dicho despojamiento como camino para alcanzar un bien superior. En el curso de dicho aprendizaje el apego es un obstáculo no menor.
En una charla con Charles, Lady Marchmain dice que es difícil pero no imposible
que un rico entre en el reino de los cielos, al igual que es “insólito” pero no
imposible que un camello entre por el ojo de una aguja, porque “para Dios todo
es posible”. El episodio evangélico del joven rico al que se hace referencia muestra que el apego a la riqueza es un obstáculo en el camino que
lleva a Dios. Para Cordelia no existe dicho obstáculo porque carece de
dicho apego (al igual que le ocurre a la Cordelia de El rey Lear). Para el resto de los (no tan) jóvenes ricos de Retorno a Brideshead, se cumplen las
palabras de Kent: “Nothing almost sees
miracles but misery”, porque el camino que lleva a poseer el misterio de
las cosas pasa por el desprendimiento.