lunes, 9 de junio de 2025

El antiguo alimento de los héroes


Jorge Luis Borges sostenía que la ceguera no había sido para él una desventura, sino un don, debido fundamentalmente a que había decidido pensar que le había sido dada como instrumento que debía aprovechar para un fin más alto. En unas páginas conmovedoras, que tienen su origen en una conferencia pronunciada en Buenos Aires en 1977, y que publicó bajo el título de “La ceguera”, Borges explica que las desventuras son “el antiguo alimento de los héroes”, porque “esas cosas nos fueron dadas para que las transmutemos, para que hagamos de la miserable circunstancia de nuestra vida, cosas eternas o que aspiren a serlo”. He aquí la actitud heroica por antonomasia, no sólo valiente, sino también limpia de cualquier atisbo de queja, de resentimiento o de autocompasión, y, en último término, sabia, porque la verdadera sabiduría consiste, como nos enseñó Chesterton, en aprender a apreciar, a sentir gratitud, y a devolver con creces en forma de bien los dones misteriosamente recibidos.


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